miércoles, 11 de septiembre de 2013

Arte-eros


La he contemplado sin disimulo y de re-ojo también

Saboreándose los labios como si fueran ellos al tiempo

Fruto rojo partido en tentación


Con qué delicado desparpajo

Su rostro se ilumina entre los

Destellos del marfil y la lúbrica de su boca

Encendida



Música apenas insinuante hay

En sus gestos de gracia concertada


Y ese aire de ausencia que conturba

Al ignorar los ojos acechantes

Hambrientos ojos del deseo




Ramiro del Cristo Medina Pérez




Santiago de Tolú, agosto 23- 2013