Arte-eros
La he contemplado sin disimulo y de re-ojo también
Saboreándose los labios como si fueran ellos al tiempo
Fruto rojo partido en tentación
Con qué delicado desparpajo
Su rostro se ilumina entre los
Destellos del marfil y la lúbrica de su boca
Encendida
Música apenas insinuante hay
En sus gestos de gracia concertada
Y ese aire de ausencia que conturba
Al ignorar los ojos acechantes
Hambrientos ojos del deseo
…
Ramiro del Cristo Medina Pérez
Santiago de Tolú, agosto 23- 2013